martes, 24 de noviembre de 2009

Pastores y majadas, el final del camino.




Cuando uno se adentra en nuestros picos, un sentimiento de soledad impregna el ambiente. Las caleyas son invadidas por la maleza, las cabañas de las majadas dejan caer lentamente sus tejados.
Llegando a imaginar familias enteras en esas majadas situadas en lugares de ensueño, orientadas estrategicamente por sus dueños, con vistas al infinito de los picos, del mar Cantábrico, del cielo astur, un sinfín de historias y de vidas entre peñas, caliza, pasto y ganado. Vidas que hoy ni llegamos a imaginar, sacrifico y esfuerzo en constante armonía con la naturaleza en estado puro. Por eso creo que cuando se suben esas montañas los pastores y queseros del "puertu" nos acompañan, sus experiencias y vivencias de siglos nos ofrecen algo que solamente se puede sentir cuando cogemos nuestro material de montaña y nos adentramos en territorio de corzos, de buitres y águilas, de pastores, de rebaños de "vaques", "cabres" y ovelles. Al fin y al cabo los que hacemos montañismo nos debemos de sentir un poco guardianes de estos nuestros picos de Europa, nuestra sierra del Cuera, nuestra sierra del Sueve, Ponga y Amieva.......pues es la herencia que recibirán nuestros hijos. Gracias a todos los que hacemos posible este sueño entre nubes. Y como siempre un saludo a Maruja y a Dionisio, los últimos queseros de Ondón, Camarmeña.